viernes, 1 de enero de 2010

Introducción

Este blog está dedicado a explorar la hipótesis de que la fuente fundamental de energía de la humanidad en un futuro cercano será el Torio.

Esta hipótesis es razonable a fecha de hoy y no tardaremos mucho en comprobar si es falsa o cierta. De ser cierta, la humanidad entraría en una nueva era en la que la energía podría ser básicamente ilimitada en la escala de milenios y su extracción sería limpia, sin graves problemas asociados como la generación de residuos radiactivos de larga duración o de componentes básicos de armas nucleares, ni la emisión de gases de efecto invernadero.

La utilización del Torio como fuente de energía en el ciclo Th-U-233 fue propuesta por Eugene Wigner en los años 40. En esos tiempos de guerra, esta opción fue marginada frente a la del ciclo Uranio-Plutonio (U-Pu), que es la base de la tecnología nuclear actual, porque esta última permitía producir armas nucleares. A pesar de esa marginación, la propuesta de Wigner se materializó en reactores nucleares de fluroruo líquido (LFTR), o de sal fundida, bajo el impulso de Alvin Weingber en los años 60 en Oak Ridge National Laboratory (ORNL). Estos reactores experimentales no presentaron problemas básicos, pero sí de ingeniería, resolubles con inversión y empeño. Sin embargo, la prevalencia política de ciertos personajes e intereses acabó con la dimisión de Weinberg como director del ORNL y la paralización de las líneas de trabajo sobre el ciclo Th-U-233. Sólo recientemente se ha recuperado esta línea de investigación y desarrollo, la cual, siendo cara, debe ser mucho más barata que la del ciclo U-Pu. Kirk Sorensen ha ejercido en los últimos años y ejerce ahora una inmensa labor de difusión de la idea de Eugene Wigner. Este blog tiene una dedicatoria especial a Eugene Wigner, a Alvin Weinbert y a Kirk Sorensen.

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